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Entidades víricas de codigo abierto

sábado, 21 de marzo de 2015

Epidemia 8: NETA


Neta
Destructora de explotación, transmutadora al juego


Para la octava epidemia les presento a Neta, la transmutadora del trabajo en juego. Como una J de juego con patas, patas para bailar y ninguna mano para darte en el trabajo jaja, esta monigote hipersonriente nos inunda de buen humor.

La actual esclavitud mundial es en su mayoría el asalaramiento tercerizado, es decir, el sector de servicios que acrecienta viciosamente el trabajo. Cuando tus horas están atareadas solo te queda energía para pagar por que los otros hagan todo lo que no te da el tiempo para hacer. Ya que trabajamos, pagamos comida hecha. El encarecimiento de lo elaborado, el encarecimiento de la vida, la inflación que equivale a bajar sueldos, la perdida de autonomía del endeudamiento. La clase media en ascenso pierde contacto con su casa pagando alguien que limpia. No conozco un asalariado que lo haga con gusto, no al menos cuando el tiempo de su vida ha pasado empobreciendose. Se necesita jefe cuando se es vago sin remedio.

Neta concierne a una transición, quizas primero al peligroso mundo de la autogestión (de la que muchos ajefados no se animan a emprender), pero también viendo que ésta es autoexplotación, a un paciente exhilio del tiempo utilitaro medido por el capital. De hecho lo primero sería mirar los baches que fortuitamente existen para ensancharlos, las “perdidas de tiempo”, los espaciotiempos abandonados, los disfrutes intercalados en las horas de reloj laboral, los chistes que hacen más pasable la jornada obligada, todos los “errorismos” varios (robar stock e insumos, deslealtad maliciosa a las empresas), las siestas en el curro. Siempre habrá un minimo de juego que salva nuestros rituales sociales reglados, su anárquica acumulación sabotea la medición horaria del tiempo.

Al abrir nuestra percepción al abandono del tiempo, las horas del reloj que impuso la industria se diseminan. Experiencias colectivas de cooperativas, autogestión que mezcla nuestro lugar de vida con el taller de trabajo experimental, hay un amplio submundo que desea desertar de la relación de dependencia, del Curriculum Vitae. Todxs poseemos algún conocimiento por haber crecido en el viejo mundo, y podríamos torcerlo hacia una autonomía tal. La indistinción actual entre vida y trabajo requiere que la huelga sea realizada por nuestra humanidad, descomponiendo los personajes asignados por la rentabilidad. La autogestión en altas dosis raya la autoexplotación, y Neta ve imprescindible llenar los momentos de produccíon colectiva de pasión y juego, dislocar la atención hacia las ganas comprometiendose con nuestro gusto entre afines. Esto conllevaría ir inventando cada vez relaciones que se esfuerzen por combatir la dominación, la delegación y los capataces, atentas a la fuerza de la iniciativa, organizandose para no tener que trabajar, o para cobrar mejor trabajando lo menos posible; la recompensa es el tiempo compartido.


Si deseamos exhiliarnos del mundo del trabajo, es preciso dejar cierto mundo de la compra. Gran parte de la oferta consiste en la sobreacumulación de servicios, esto se hace notorio en cualquier kiosko donde el empaquetado de pequeñisimas fracciónes producidas de a millones son el final de una cadena de explotación. Tanto mejor hacerlo unx mismx, conseguir al por mayor, directo del productor regional y sin agroquímicos, para achicar la brecha de horas de sufrimiento obligado que karmatiza nuestros objetos mercantiles. Pero todo esto no alcanza, si reducimos nuestra lucha a una opción de consumo primero estaremos a un paso de un nuevo mercado mas “conciente”, “bio”, con nuevas rentas encarecidas; y después entraremos en la inculpación moral de los consumidores malvados, dejando de lado el otro polo tan importante de la cadena: la producción.

Si no atacamos la forma en que se produce no dejaremos de hacer descartables no biodegradables, ni esclavizar a otrxs para tenerlos aquí. AUTOGESTIÓN: signifíca gestión autónoma. Autonomía: de auto-nomos, nombrarse a uno mismo, a partir de nosotros y no desde otrxs. El cooperativismo posee una larga tradición (que no nos garantiza liberarnos de la burocracia). Consideramos lo más vital del cooperativismo a los presupestos de horizontalidad (igualdad entre asociados, libertad de palabra, producción entre pares -p2p-), asambleismo, propiedad colectiva, autoformación, prefiguración de futuras relaciones sin explotación, compartir y contagiar la manera de hacerlo... Por este camino, y juntandonos con otros (sin despreciar con sus limitaciónes tampoco al cuentapropismo), conocimos todo un mundo de prácticas sin jefes, mucho más sano que el empleo, con posibilidad de menos horas y de operar directamente sobre lo que deseamos hacer. Este mundo de dictadura mercantil no nos deja otra opción que generar dinero, dado que la comida y la tierra están privatizadas. Sobre-vivir, venderse... La autogestión nos da un aire entre tanta obligación y prueba nuestra fuerza de determinarnos a hacer por nosotros lo que se consigue normalmente vendiendo nuestra fuerza de trabajo a una empresa. Llamando a Neta mágicamente se nos abre este pasaje del empleo a la autogestión.


Sin embargo el cooperativismo es impulsado y cooptado por la promoción estatal, sumergiendolo en papeleos y burocracias con figuras escalafonantes (presidente, secretario, tesorero). La autogestión puede suplir los baches del capital y reavivar mercados descuidados. Como siempre, nada nos salva necesariamente. Habrá que ver cada caso...

Ahora la autogestión debe pasar al JUEGO. El valor real que puede liberarnos de la obligación es hacerlo por placer. Como Fourier aconsejaba, la civilización se alejó del universo de PASION, lo que mueve los planetas, y solo la labor atractiva podria liberarnos. Para este “socialista utópico” (denominación a esta altura neutralizante, con todo lo que necesitamos delirar para crear nuevas realidades) el error de quienes piensan en nuevas formas de asociación es descuidar la atracción necesaria para juntarnos a partir de nuestros gustos. Buscar nuestras verdaderas inclinaciones nos acerca a quienes tengan la misma busqueda, y posibilita un hacer con diversión incluida. El concepto Fourieriano de pasión contradice punto por punto su etimología (de pathos, sufrimiento).

Algunxs afirman hace décadas ya que el 99% del trabajo es prescindible para lo “vital” (y hasta otrxs dicen que esto es muy generoso estadísticamente). Que el trabajo como lo conocemos puede ser abolido. Desde la jaula no contamos con las herramientas para imaginar las posibilidades de un mundo sin trabajo, pero ya podemos experimentar la desmesura. Para dar ese zarpazo a este mundo viene Neta! Dibujemos neta sobre nuestro trabajo, y nos dibujará la sonrisa de jugar.

INVOCACIÓN

Neta simpática juguetona

danos la seriedad que tiene un niñx al jugar

destruye la seriedad del ritual contractual

paganos un don sin jefe

regalanos fiestas del compartir desmedido

sumergenos en el tiempo sin horas

en el actuar inutilitario

en el gasto sin compra

potlatch

en donde todo sea un juego que podamos elegir

juegos infinitos desbordando

disfrute

activación

magia de vivir sin sobre

jugarse la vida

vivir en juegos



¡IO NETA!

extinguere industriae ekstasis ludere







Dos textos recomendados para la Neta-gnosis:

La búsqueda del placer es un firme rechazo de las condiciones fijadas por el capital, es decir, de sus valores. El primero de estos rechazos es el rechazo al trabajo. La búsqueda del placer sólo puede venir a través de la búsqueda del juego.

Así el juego asume un significado diferente del que estamos acostumbrados a darle en la dimensión del capital. Como ociosidad serena, el juego que se opone a las responsabilidades de la vida es una falsa y distorsionada imagen de lo que realmente es. En la realidad de la lucha contra el capital, en el presente periodo del enfrentamiento y en sus relativas contradicciones, el juego no es un “pasatiempo”, sino un arma de lucha.

(…)Es el sentido comunitario del juego lo que impide la arbitrariedad en la elección de los significados del juego mismo. En ausencia de relaciones comunitarias el individuo podría imponer sus propias reglas y significados, que podrían ser incomprensibles a los demás, haciendo del juego una suspensión temporal de las consecuencias negativas de sus problemas individuales (problemas del trabajo, a alienación y la explotación).

En el acuerdo comunitario el juego es enriquecido por un flujo de acciones recíprocas. La creatividad es mayor cuando proviene de fantasías liberadas y verificadas recíprocamente. Cada invención, cada nueva posibilidad puede ser vivida colectivamente, sin modelos preconstituidos, y tener una influencia vital, incluso por ser simplemente un modelo creativo, incluso si encuentra mil dificultadas para su realización.”




El juego es siempre voluntario. Lo que de otro modo sería un juego, es trabajo si es forzado.

No es que el juego no tenga consecuencias. Eso sería rebajar al juego. El asunto es que las consecuencias, si las hay, son gratuitas. El jugar y el dar están estrechamente relacionados, son facetas conductuales y transaccionales del mismo impulso, el instinto-de-jugar. Ámbos comparten un desdén aristocrático hacia los resultados. El jugador recibe algo al jugar; es por eso que juega. Pero la recompensa principal es la experiencia de la actividad misma (cualquiera que sea).

El secreto de convertir el trabajo en juego, como demostró Charles Fourier, es acomodar las actividades útiles para tomar ventaja de lo que sea que diferentes personas disfrutan hacer en momentos diferentes. Para hacer posible que algunas personas hagan las cosas que disfrutan, bastará con erradicar las irracionalidades y distorsiones que afligen esas actividades cuando són convertidas en trabajo.

Nadie puede decir qué resultaría de liberar el poder creativo aturdido por el trabajo. Cualquier cosa puede pasar. El gastado debate de libertad versus necesidad, que casi suena teológico, se resuelve sólo cuando la producción de valores de uso coexista con el consumo de deliciosa actividad lúdica.

La vida se convertirá en un juego, o más bien muchos juegos, pero no — como es ahora — un juego de suma cero. Un encuentro sexual óptimo es el paradigma del juego productivo; los participantes se potencian los placeres el uno al otro, nadie cuenta los puntajes, y todos ganan. Cuanto más das, más recibes. En la vida lúdica, lo mejor del sexo se mezcla con la mejor parte de la vida diaria. El juego generalizado lleva a la libidinización de la vida. El sexo, en cambio, puede volverse menos urgente y desesperado, más juguetón. Si jugamos bien nuestras cartas, podemos sacar más de la vida de lo que metemos en ella; pero sólo si jugamos para ganar.

Nadie debería trabajar. Proletarios del mundo… ¡descansad!”